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domingo, 18 de septiembre de 2016

Historia de Metroid VII: La Amenaza de los X

Infección

Con los Metroid muertos, y la Federación Galáctica planificando descaradamente misiones de estudio regulares al planeta SR388, el escenario apocalíptico previsto hace milenios por los Chozo estaba a punto de tener lugar.
Samus dirigió un equipo de científicos a la superficie del SR388, y debajo de ellos el mundo hervía. SR388 había sido invadido una y otra vez. Los Chozo habían profanado el planeta con sus Metroid, Samus luego masacró a su manera a las criaturas, y ahora los humanos iban y venían con indiferencia.
Los Parásitos-X todavía estaban gestandose en el planeta, y no eran lo suficientemente fuertes como para ser desatados sobre los invasores. Recordando la devastación que Samus había traído en su última intrusión, la voluntad de venganza se sobrepuso a la paciencia. SR388 lanzó un solo parásito débil para invadir el cuerpo de Samus Aran trayéndole una muerte lenta y tortuosa. Un Parásito-X totalmente desarrollado normalmente consume un cuerpo carnoso en cuestión de segundos, pero en un acto calculado, el planeta prefirió hacerla atravezar por un período prolongado de dolor comiendo su carne mientras estuviera viva. Los Parásitos-X iban a ser liberados en el universo, y ella sería su primer objetivo.

Samus no mostró signos inmediatos de infección, pero perdió el conocimiento después de salir del planeta. Fue llevada con especialistas a un Centro de Investigación Médica de la Federación, que hicieron todo lo posible para luchar contra la propagación de las células alienígenas.

Los médicos se vieron obligados a cortar su traje de poder, destruyendo gran parte de la la insustituible reliquia Chozo. Elementos orgánicos en la parte interna del traje estaban tan unidos a Samus que el proceso de corte con laser mutiló capas de su carne. Con la eliminación parcial de parte de su armadura, los médicos seguían siendo incapaces de contener la infección y esta resistía cada terapia que pudieron aplicar. En busca de ayuda, los médicos enviaron las piezas cortadas del traje de poder de Samus, de nuevo a la Estación de Investigación BSL, para ver si sus expertos podrían ofrecer alguna idea.

Durante una lluvia de ideas, los médicos trataron de deducir por qué Samus no había sido infectada durante su excursión anterior al planeta. Una teoría declaraba que esta forma de vida virulenta había sido reprimida por la presencia de los Metroid en SR388. El equipo médico solicitó acceso a las células Metroid previamente recuperadas por Samus después de su última misión, y fueron utilizadas para crear un suero altamente experimental. El tratamiento propuesto fue probado con muestras de carne extraídas de la misma Samus, mostrando uns aparente curación. Los médicos no conocían de otra opción que pudiera salvar a la famosa cazarecompensas.

Esperaban lo mejor, e inyectaron a Samus Aran con material genético Metroid.

La infección Parásito-X murió en microsegundos, y Samus se despertó. Ella trató de dar las gracias a los médicos, pero ellos solemnemente le dijeron que pronto debería soportar los desconocidos efectos secundarios del tratamiento nunca antes probado. Las partes orgánicas de la armadura de Samus se hincharon hacia el exterior, fuertemente influenciadas por la infusión del ADN Metroid. El traje cambió su forma de manera irregular, con los médicos impotentes para liberar a la caza recompensa de la sofocación. El traje finalmente se tomó una forma estable, una fusión azul de su armadura tradicional con características parecidas a la fisiología Metroid.






Con el traje, el ADN de Samus estaba siendo reescrito con material genético Metroid integradolo en su fisiología. Fue muy claro cuál iba a ser el resultado final de este tratamiento. Estaba viva, pero no se sabía cuanto de su humanidad se había sacrificado para su supervivencia.





Escenario apocalíptico 


SR388, había finalmente completado la gestación de los Parásitos-X. Los desató sobre una expedición de la Federación Galáctica, con la esperanza de que estos extenderían las viles criaturas a través del cosmos. Desde los albores del tiempo, SR388 había permitido a las criatura más peligrosa del universo evolucionar en sus entrañas, y poder luego usarlas para limpiar la vida de un universo, que simplemente no le dejaría en paz. La expedición regresó a la estación de BSL, y masas de células infectadas fueron expulsadas de su carne. Pronto, toda criatura en la estación fue consumida. Los Parásitos-X robaron sus formas, habilidades y recuerdos, y poblaron la estación con duplicados parásitos.

Las muestras de Parásitos-X encontradas en el Power Suit de Samus, la infectaron. Estos usaban rastros de su ADN y elementos orgánicos del Power Suit para crear una nueva y peligrosa forma de parásito: el SA-X. Finalmente, un pequeño ejército de estos parásitos recorrió los pasillos de la estación de BSL.





El retorno de Samus 


Samus tuvo una increible recuperación, y como consecuencia de su tratamiento, se volvió completamente inmune a cualquier tipo de infección futura del Parásito-X. Cuando la Federación Galáctica perdió contacto con la Estación BSL, la posibilidad de un brote de los Parásitos-X parecía remota. Se tomaron precauciones, y Samus fue enviada para investigar lo sucedido. Si se desata un brote, su inmunidad la protegería. La Federación Galáctica le proporcionó una nueva y poderosa nave de combate para su misión.

Recordando la devastación causada por Samus durante sus anteriores misiones, ciertas facciones de la Federación insistieron que ella debía se supervisada y controlada. Una inteligencia artificial fue incorporada en la nueva nave de Samus, modelada a partir de los patrones cerebrales de un oficial superior que respetaba mucho. Se esperaba que la IA pudiera usar estos patrones cerebrales para controlar intencionalmente a Samus, y guiar su ansia de destrucción alejada de ciertos proyectos sensibles que tenían lugar a bordo de la estación BSL.

Samus llegó a la instalación y encontró que se había convertido en un caos. Cada rincón de la estructura estaba infestada con fuertes Parásitos-X. Estas criaturas eran mucho más poderosas comparativamente que las débiles que la habían infectado antes. Todos estaban muertos, y copias de carne vagaban por los pasillos sin cesar en busca de más vida para consumir.

La caza recompensas comenzó a entender el verdadero horror de los Parásitos-X, y antiguos misterios se resolvieron a sí mismos. ¿Por qué los Chozo, una pacífica e ilustrada raza, habían llegado a un lugar tan hostil como SR388? ¿Por qué diseñaron un depredador tan poderoso como los Metroid? Samus dedujo antiguo plan de los Chozo: los Metroid contendrían eternamente a los Parásitos-X, y el universo podría continuar. En ese momento, ella se dio cuenta de lo que había hecho cuando acabó con los Metroid. El universo entero estaba en riesgo por estas criaturas. Los Chozo habían previsto la fuga de los Parásitos-X como el apocalipsis, y estaba sucediendo ahora. Samus exploró la estación exhaustivamente, y se enteró de lo que sucedió con la segunda célula Metroid que había entregado previamente a la Federación.

La Federación Galáctica había prometido no usar la célula para crear más Metroid, y ellos le habían mentido. Las criaturas Metroid clonadas a bordo de la Estación BSL habían sido entregadas a los militares para convertirlas en armamento inmediatamente después de su maduración. Estas criaturas fueron exterminadas poco tiempo después que Samus las descubrió, cuando una desenfrenada SA-X irrumpió en su módulo e instintivamente trató de eliminar al enemigo de su raza. Los disparos accionaron un protocolo de seguridad automático, y el módulo de los Metroid fue lanzado al espacio y detonado.

Samus trabajó de la mano con la IA de su nave combate para tratar de controlar la situación. Descubrió que los patrones de personalidad de la IA se basaban en un oficial de la Federación Galáctica que una vez conoció, una relación se formó entre los dos. La IA y Samus desafiaron las órdenes enviadas por la Federación Galáctica de esperar por ayuda, y trabajaron para detener a los Parásitos-X antes de que pudieran extenderse por el resto del universo.

Samus llegó a las partes más profundas de la estación, descubriendo monstruosas criaturas poderosas. Algunas, producto de la división clandestina de armas de la Federación Galáctica estaban fuera de control. Otras eran recreaciones de los más antiguos enemigos de los Parásitos-X. Tenían muchas formas, y la caza recompensas las eliminó a todas. La IA y Samus conspiraron para estrellar la estación BSL en SR388, con la esperanza de que la devastación borraría a los Parásitos-X por completo. Samus deshabilito los sistemas de la estación, y evitó que las criaturas SA-X la rastrearan. Finalmente, Samus se fortaleció lo suficientemente como para luchar contra uno de sus duplicados directamente, y luchó un SA-X que había mutado en una abominación.

Samus derrotó al SA-X e introdujo las coordenadas de SR388 en el sistema de navegación. Con una colisión planetaria inminente, Samus huyó a su nave, sólo para ser obstruida por otra SA-X y el producto final de los experimentos con las crías Metroid por parte de la Federación Galáctica: un colosal Omega Metroid.

El Omega Metroid desgarró a la mitad al SA-X, con un solo golpe de sus garras. El Parásito-X que había robado la forma y habilidades de Samus fue liberado, sólo para ser absorbido inmediatamente por la caza recompensas. Esto restauró a tope a Samus Aran, devolviendole sus armas y habilidades robadas, y le permitió derrotar al poderoso Omega Metroid. A medida que la criatura explotaba, Samus y la IA evacuaron la estación de BSL en su nave de combate. Con un cegador destello de luz, la estación colisionó con SR388. La explosión mató al planeta viviente y se hizo añicos. Los Parásitos-X y sus progenitoras estaban muertos.

A la fuga 


Samus había desafiado las órdenes de la Federación Galáctica y destruido la estación biológica de laboratorios espaciales. Ahora ella era una buscada caza recompensas, una criminal que debía se persiguida y llevada ante la justicia. La division de armas de la Federación Galáctica tenían razones más urgentes para seguirle el rastro; su carne contenía el único material genético Metroid conocido en existencia. La legendaria Samus Aran, heredera de los Chozo, héroe de la Guerra de Phazon, destructora de los Piratas Espaciales y salvadora del universo, hizo lo único que podía. Desaparecer en la historia.

Durante las décadas venideras, en ocasiones, cuando los monstruos emergen de la oscuridad para amenazar a la luz, informes esporádicos de una misteriosa cazadora eran recibidos por la Federación. Ellos enviaban sus naves más rápidas, pero siempre encontraban a los monstruos derrotados y no a la cazadora ... Nunca la atraparon.

La historia de Metroid hasta ahora conocida, con sus planetas vivientes, venganzas que abarcan milenios, el colapso de imperios, apocalipsis profetizados y héroes envenenados, llega a su fin.



2 comentarios:

  1. Que genial es toda la historia de Metroid

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    1. Lo mismo digo, ojalá más personas la conocieran y es por eso que dediqué un blog a Metroid, pronto planeo subir más cosas. Gracias por leer la publicación :)

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