Los Humanos
En el planeta
Tierra, la raza humana por fin había desarrollado una nave capaz de
salir de su sistema solar. Un valiente equipo se aventuró en el
universo para saber si existía vida en otros lugares. Sus
descubrimientos cambiaron fundamentalmente la condición humana.
Planeta tras planeta, encontraron tumbas y ciudades en ruinas,
custodiadas por estatuas de razas extintas. Y lo más importante de
todo, encontraron tecnología.
Los seres
humanos aplicaron ingeniería inversa a los objetos rescatados, y
progresaron con gran ritmo. En el siguiente siglo, naves más rápidas
que la luz exploraron las estrellas, y colonias transformaron mundos
hostiles en su nuevo hogar. Se establecieron relaciones pacíficas
con otras razas más jóvenes, y fue fundada una gran Federación
Galáctica.
Los
Piratas Espaciales
En una
región inhóspita del espacio, un grupo de razas errantes unió sus
fuerzas para sobrevivir. En los planetas donde la lluvia ácida quema
la carne y el magma fluye, la alianza se expandió en un rígido
imperio espacial. Se aventuraron en sistemas cercanos y se llevaron
lo que necesitaban donde nadio había podido llegar. Encontraron las
ruinas de las antiguas razas y saquearon sus antiguas tecnologías.
Se sumergieron en la ciencia y descubrieron secretos de lo que
buscaban. Con las décadas, habían hecho grandes avanzes creando
naves más rápidas y fuertes. Las criaturas se mejoraron a sí
mismas, reescribiendo su genética e integrando mecanismos debajo de
su carne. Se convirtieron en una raza única: asesinos cibernéticos
furiosos con habilidades para el desarrollo de procesos científicos.
Cuantos más planetas invadían, más civilizaciones eran reclutadas
por la fuerza.
El momento inevitable llegó cuando su imperio llegó a las fronteras de la gran Federación Galáctica.
El primer contacto fue breve y furioso. En ese día, la advertencia fué dirigida a todos los mundos de la Federación: Cuidado con los Piratas Espaciales. Aunque ningún estado de guerra fue declarado oficialmente, los imperios se atacaron entre sí. La Federación Galáctica era lo suficientemente grande para reprimir cualquier incursiones significativas en su espacio.
El momento inevitable llegó cuando su imperio llegó a las fronteras de la gran Federación Galáctica.
El primer contacto fue breve y furioso. En ese día, la advertencia fué dirigida a todos los mundos de la Federación: Cuidado con los Piratas Espaciales. Aunque ningún estado de guerra fue declarado oficialmente, los imperios se atacaron entre sí. La Federación Galáctica era lo suficientemente grande para reprimir cualquier incursiones significativas en su espacio.
La masacre de Dos Familias
La Federación Galáctica descubrió la última colonia Chozo en Zebes. La ya cansada raza aviar-humanoide, dieron la bienvenida a los seres humanos y compartieron con ellos su sabiduría y conocimiento. Ofrecieron a la Federación Galáctica nuevas ciencias, y les enseñaron cómo hacer computadoras orgánicas. La Federación estudió la unidad de procesamiento central de los Chozo, un cerebro hecho con ingeniería que crió a su colonia, y este los dejó, con planes de montar sus propias variantes. En el planeta habitable más cercano de K-2L, se estableció una colonia.
En
este mundo, la humana Samus Aran nació.
Apenas siendo una niña, la joven Samus fue testigo de la muerte de sus familiares. Un grupo de ataque de Piratas Espaciales atacó a su colonia y asesinó a todos los que alguna vez ella conoció. Petrificada en silencio mientras era rodeada por todo ese horror, Samus sobrevivió al saqueo de su pueblo y la posterior huida de los piratas.
Apenas siendo una niña, la joven Samus fue testigo de la muerte de sus familiares. Un grupo de ataque de Piratas Espaciales atacó a su colonia y asesinó a todos los que alguna vez ella conoció. Petrificada en silencio mientras era rodeada por todo ese horror, Samus sobrevivió al saqueo de su pueblo y la posterior huida de los piratas.
La
colonia Chozo en Zebes recibido una señal de socorro automática que
venía desde K-2L. En una antigua y polvorienta nave, llegaron al
planeta y encontraron que Samus fué la única sobreviviente de
aquella masacre. La niña fue llevada a Zebes, y los Chozo
deliberaron. ¿Debería ser devuelto a su propia especie, o se
dejarían que se quedara con ellos?
Al otro lado de la colonia, los profetas experimentaron simultaneamente un momento de claridad. Entendieron de inmediato que habían encontrado a su héroe profetizado. La joven era su heredera, y crecería fuerte. Ella aprendería todo lo que pudiera de ellos, y llevaría sus poderosas tecnologías por el universo. Ella sería el héroe contra la tormenta que se aproximaba. Samus Aran alcanzó la madurez entre los Chozo y fue entrenada en las artes de combate de las grandes razas extintas. Se le fué inyectado material genético Chozo para que pudiera emplear sus tecnologías. Fue educada para ser científica, exploradora y se le permitió que todo lo bueno de la civilización Chozo viviera en en ella.
Samus se convirtió en un adulto, y los Chozo le presentaron sus más grandes obras: poderoso traje y una nave espacial ágil, ambas eran los artefactos más potentes que su raza había hecho. El líder Chozo, viejo y ciego, dijo a Samus que este era el momento para que ella encontrara su destino en el universo. Samus Aran partió hacia las estrellas, y pasaron los años.
Al otro lado de la colonia, los profetas experimentaron simultaneamente un momento de claridad. Entendieron de inmediato que habían encontrado a su héroe profetizado. La joven era su heredera, y crecería fuerte. Ella aprendería todo lo que pudiera de ellos, y llevaría sus poderosas tecnologías por el universo. Ella sería el héroe contra la tormenta que se aproximaba. Samus Aran alcanzó la madurez entre los Chozo y fue entrenada en las artes de combate de las grandes razas extintas. Se le fué inyectado material genético Chozo para que pudiera emplear sus tecnologías. Fue educada para ser científica, exploradora y se le permitió que todo lo bueno de la civilización Chozo viviera en en ella.
Samus se convirtió en un adulto, y los Chozo le presentaron sus más grandes obras: poderoso traje y una nave espacial ágil, ambas eran los artefactos más potentes que su raza había hecho. El líder Chozo, viejo y ciego, dijo a Samus que este era el momento para que ella encontrara su destino en el universo. Samus Aran partió hacia las estrellas, y pasaron los años.
Como
Samus trató de reconectarse con su herencia en la Tierra, los
últimos profetas Chozo en Zebes recibieron una visión final: Los
Piratas Espaciales venían por ellos. Era el momento de que los
últimos Chozo fueran extinguidos del universo.
Los Chozo escondieron sus tecnologías por todo el planeta, en lugares en los que Samus los encontraría. Ellos ocultaron un segundo traje de poder dentro de las paredes de su santo templo, habiendo previsto que Samus lo pudiera necesitar en el futuro. Luego regresaron a la superficie para esperar lo inevitable.
Los piratas espaciales invadieron con fuerza, y asesinaron a la segunda familia de Samus Aran. Los Chozo habían sido extinguidos.
Los Chozo escondieron sus tecnologías por todo el planeta, en lugares en los que Samus los encontraría. Ellos ocultaron un segundo traje de poder dentro de las paredes de su santo templo, habiendo previsto que Samus lo pudiera necesitar en el futuro. Luego regresaron a la superficie para esperar lo inevitable.
Los piratas espaciales invadieron con fuerza, y asesinaron a la segunda familia de Samus Aran. Los Chozo habían sido extinguidos.
Mother Brain
Científicos de los
Piratas Espaciales llegaron poco después de la carnicería y
centraron su atención en la legendaria unidad de procesamiento
central orgánica Chozo. Ella se dió cuenta del potencial que tenían
los Piratas Espaciales y fue por ellos que formó una inteligencia
obsesionada con la estrategia y la conquista convirtiéndose así en
su líder. Ella los condujo, mediante su potencial computacional,
hacia el progreso absoluto del Imperio Pirata Espacial.
Los resultados fueron más allá de las proyecciones más optimistas del Alto Mando. Los Piratas Espaciales habían creado un líder, una figura que necesitaban desesperadamente para unir su fragmentado imperio, Mother Brain unificó sus fuerzas en un sólo objetivo: la conquista del universo. Los grandes generales de los Piratas Espaciales, Ridley y Kraid llegaron a Zebes, listos para rendir homenaje a su nuevo amo y planificar el futuro. Madre Cerebro le entregó conocimiento y poder a los Piratas Espaciales. Ella les habló de un mundo del que tenía referencia en sus bancos de datos Chozo más antiguos, un planeta bañado en un veneno mutagénico en espera de ser cultivado. Ella instruyó al Alto Mando para que preparara una armada de naves e invadir el planeta Tallon IV.
La orden fue seguida de inmediato, y el Alto Mando descubrió un mundo trastornado. Bajo de su superficie, un sinfín de piscinas de Phazon esperaban ser convertidas en armas, los Piratas Espaciales sabían del potencial que podría tener dicho material y comenzaron una gran operación minera. Madre Cerebro recibió datos de lecturas sobre el planeta; incluso después de miles de años, la fuente del Phazon todavía estaba contenida en el campo de fuerza Chozo. Ella escudriñó más allá de sus registros , y no pudo determinar ningún método para romper la barrera. Los Piratas Espaciales podrían recuperar el Phazon, pero no tenían acceso a la fuente.
Los Metroids
Se creaba una
tormenta perfecta. Mientras los Piratas Espaciales tuvieron acceso al
mutágeno más potente en el universo, la Federación Galáctica hizo
un descubrimiento igualmente azaroso: Encontraron el planeta oscuro
SR388.
Un
equipo de investigación de la Federación Galáctica estudió la
superficie, y pronto se encontraron con una criatura gelatinosa que
nadaba a través del aire. El alien desafiaba la gravedad y la
física, ya que podía atravesar rocas densas con facilidad. Este ser
percibió al equipo de investigación, e hizo unos chirridos curiosos
en su dirección, luego cambió de repente su temperamento, cargó
agresivamente enganchandose sobre el cráneo de uno de los
integrantes del equipo de investigación. La víctima murió en
agonía mientras el Metroid se alimentaba de toda la energía que
tenía en su interior, y no pudo ser removido hasta que su presa se
vió reducida a una cáscara seca de materia colapsada . El joven
Metroid acababa de matar, de una manera que la ciencia no lo podía
explicar.
Con esfuerzos y bajas, los científicos encuentran y contienen algunos ejemplares infantiles de las criaturas Metroid, y dejaron el planeta sin más incidentes.
Como su embarcación regresó a las estrellas, SR388 estaba consciente de su retirada. Albergó un gran desprecio por los invasores, un odio sin fin impulsado por la impotencia que sufrió hace siglos cuando los Chozo realizaron su gran invasión. El planeta vivo había pasado siglos desarrollando a los Metroid para convertirlos en asesinos perfectos, y sabía de la devastación que podían causar en su madurez así que SR388 había permitido intencionalmente a los seres humanos el llevarse a un par de Metroid para que las criaturas pudieran crecer y matar a aquellos que alguna vez pensaron regresar. SR388 tuvo una oportunidad de obtener venganza contra el universo exterior que se negó a dejarlo tranquilo.
Mientras que los científicos comenzaron a entregar sus conclusiones a la Federación Galáctica, Mother Brain interceptó la transmisión. Ella cruza sus datos con las notas enterradas en los antiguos registros fragmentados de los Chozo. Madre Cerebro dedujo que los Metroids eran una forma de depredador construidos con ingeniería genética de increíble poder, creados por los Chozo para un propósito desconocido. Entonces, ordenó al Alto Mando obtener las criaturas para ella por cualquier medio necesario.
Con esfuerzos y bajas, los científicos encuentran y contienen algunos ejemplares infantiles de las criaturas Metroid, y dejaron el planeta sin más incidentes.
Como su embarcación regresó a las estrellas, SR388 estaba consciente de su retirada. Albergó un gran desprecio por los invasores, un odio sin fin impulsado por la impotencia que sufrió hace siglos cuando los Chozo realizaron su gran invasión. El planeta vivo había pasado siglos desarrollando a los Metroid para convertirlos en asesinos perfectos, y sabía de la devastación que podían causar en su madurez así que SR388 había permitido intencionalmente a los seres humanos el llevarse a un par de Metroid para que las criaturas pudieran crecer y matar a aquellos que alguna vez pensaron regresar. SR388 tuvo una oportunidad de obtener venganza contra el universo exterior que se negó a dejarlo tranquilo.
Mientras que los científicos comenzaron a entregar sus conclusiones a la Federación Galáctica, Mother Brain interceptó la transmisión. Ella cruza sus datos con las notas enterradas en los antiguos registros fragmentados de los Chozo. Madre Cerebro dedujo que los Metroids eran una forma de depredador construidos con ingeniería genética de increíble poder, creados por los Chozo para un propósito desconocido. Entonces, ordenó al Alto Mando obtener las criaturas para ella por cualquier medio necesario.
Los
Piratas Espaciales invadieron la nave de la Federación Galáctica y
robaron las criaturas Metroid. Dividieron su premio: algunos fueron
enviados al mundo más cercano; otros fueron enviados al puesto
ubicado en Tallon IV; y los más potentes fueron entregados
directamente a Zebes para los experimentos de Madre Cerebro
Con
la llegada de las primeras muestras de Phazon de Tallon IV, la
sustancia exótica permitió a los Piratas Espaciales producir
lentamente Metroids clonados estables a través de sus sitios de
reproducción.
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